12/21/2013

LA REVOLUCIÓN FRANCESA COMO PROCESO (1789 – 1848): UN MÉTODO DE ESTUDIO

  Alberto Rivera
                         betorh58@hotmail.com

“En síntesis, para el conocimiento es clave la síntesis; para la síntesis es clave sacar la ley; para sacar la ley es clave capturar la contradicción principal; para capturar la contradicción principal es clave detectar cual es la constante históricamente. Y apara esto último es clave tener una mente con sentido de proporción, que sepa balancear, discriminar, comparar, relacionar, jerarquizar, clasificar, descartar, triangular, enfocar en perspectiva, formular hipótesis, inducir, deducir, etc.”
(Revista Vórtice, No 11, 2008: 5)

En múltiples ocasiones los jóvenes estudiantes, quienes se preparan para ingresar a las universidades, tienen  gran dificultad  en la comprensión del curso de historia, y ello se debe fundamentalmente a la forma como es enseñada esta ciencia social. Debido a ello, surgió la necesidad de  delinear un método que permita al estudiante poder alcanzar el nivel de análisis y síntesis que requiere la historia y no sólo memorizar fechas y nombres.
 Por ello planteamos que cuando estudiamos la Historia; debemos resolver desde que forma analizaremos los hechos históricos; para ello existen dos  métodos de abordar el estudio; uno metafísico e idealista y el dialéctico – materialista; el primero, tiende a aislar los hechos incidiendo en sobremanera en memorizar fechas, nombres, datos; ejemplo de ello, la forma memorística de enseñar la historia en múltiples centros pre universitarios, haciendo que el alumno se convierta en un ser dotado de datos cronológicos o que aprenda nombres de personajes, ciudades, etc, pero con un  gran problema por resolver, no haber llegado a comprender, que los hechos en la historia son eslabones que  forman parte de una gran cadena que justamente es el proceso histórico.
El segundo método, conocido como dialéctico materialista, ya había sido planteado en una edición anterior (Vórtice No 14), al respecto habíamos adelantado que nosotros abordaríamos  los hechos desde una forma de entender la historia, llamada científica o dialéctico materialista, creada por Carlos Marx; la cual enfoca los hechos, partiendo del análisis y la comprensión de la historia como proceso; encontrando  que en ella se desarrollan y desenvuelven ondas, ciclos, de dilatación y contracción como forma de expresión de la ley universal, la contradicción. Como ciencia habíamos mencionado “…la historia, debe estudiarse como proceso, con partes que se interrelacionan e interactúan entre sí,  unas a otras, y no de forma aislada” (Vórtice  No 14: pág. 13).
Desde esta perspectiva analizar la Revolución Francesa conlleva dos problemas, el primero es de índole causal y el segundo sobre la duración del proceso, en cuanto al problema causal, abordado en un artículo anterior,  concluíamos que “…En el proceso de la revolución Francesa los factores externos constituyen el marco referencial y los elementos coadyuvantes en convergencia con los factores internos (factor principal) generaron y motivaron todo el proceso de la caída del Antiguo Régimen en Francia”.
El relación al segundo problema, trazar los cortes temporales para un mejor análisis, es decir, poder tener un marco cronológico referente a  la duración de la Revolución Francesa, algo así como colocar hitos o hacer los cortes en el proceso de la historia universal para saber el tiempo que abarcó este gran acontecimiento.
Sobre la Revolución Francesa es casi generalizado en el análisis  de los historiadores; considerar que este hecho histórico abarcó cronológicamente desde 1789, iniciado con la toma de la Bastilla y el papel protagónico del tercer estado (estado Llano), hasta 1815 con la derrota definitiva de Napoleón Bonaparte en Waterloo.
Una perspectiva, que soslaya  aspectos  y hechos que se relacionan íntimamente con la revolución, como son la Restauración Borbónica, la Santa Alianza y las llamadas Revoluciones Liberales de 1830 y 1848.
 Analizar la Revolución Francesa teniendo como referentes 1789 y 1815 implica cortes temporales que no abarcan  todo el proceso de esta revolución burguesa, la cual en primer lugar,  se encuentra inserta dentro de un amplio periodo caracterizado por la lucha de la burguesía por obtener el poder político en el orbe.
Conocida como la Revolución Occidental (1648–1848)” y producida fundamentalmente en Europa, dado que allí descansaba la burguesía más desarrollada del orbe que aspiraba a la conquista del poder político, este periodo se caracterizó en la Historia Universal por la lucha denodada de una burguesía que había llegado a un estado de madurez y aspiraba al control político para desde allí poder desplegar y desarrollar el capitalismo hasta llevarlo como lo a hecho hasta hoy a su máximo desarrollo.
Desde esta perspectiva, la Revolución Francesa se encontraría dentro de un gran marco referencial(1648 – 1848), iniciado por dos movimientos burgueses que le precedieron en el siglo XVII; la denominada Revolución de 1648  liderada  por Oliverio Cromwell, donde la burguesía no sólo se atrevió a desafiar al monarca desde el parlamento sino inició el lento camino a la obtención del poder político ejecutando una seria de reformas llamadas a potenciar el papel de la burguesía, como fue la firma del Acta de Navegación(1561), la cual buscaba impulsar el desarrollo de la burguesía comercial inglesa monopolizando el comercio naval y prohibiendo cualquier desarrollo industrial de alguna colonia que fuera competencia de Inglaterra, este proceso aparentemente se truncó  con la muerte de Cromwell, quien había generado las condiciones que convertirían a Inglaterra en una potencia comercial marítima.
El aparente retorno de la monarquía con la ascensión al poder de Carlos II, marcaba el aparente retorno de los Estuardo al poder y la instauración del absolutismo en Inglaterra, sin  embargo el sentido de la historia señalaba el rumbo ineluctable hacia el triunfo final de la burguesía inglesa la cual se concretizó en la Revolución Gloriosa de 1688, en la cual tras una aparente lucha religiosa entre la instauración del catolicismo por parte del monarca la burguesía buscaba acabar con un régimen que pretendía volver al Antiguo Régimen para en su lugar colocar un monarca que se subordinara a su poder político, ello quedó  concretizado con la firma de la denominada “Declaración de Derechos”, que restringía el poder de los reyes y los enmarcaba a los designios de la burguesía que pasaba en la concreto a conducir las riendas del estado ingles. Ello queda demostrado con dos de los principales puntos de esta declaración:
I - Que el pretendido poder de suspender las leyes y la aplicación de las mismas, en virtud de la autoridad real y sin el consentimiento del Parlamento, es ilegal.
IV - Que toda cobranza de impuesto en beneficio de la Corona, o para su uso, so pretexto de la prerrogativa real, sin consentimiento del Parlamento, por un período de tiempo más largo o en forma distinta de la que ha sido autorizada, es ilegal.
De esta manera se produjo el ascenso de la burguesía al poder político en Inglaterra, casi un siglo antes que en Francia (1789), acaso tendrá relación este hecho con la llegada a mediados del siglo XVIII de la llamada Primera Revolución Industrial, ¿Por qué esta revolución industrial tuvo su foco de desarrollo en Inglaterra? ¿Por qué el Humanismo y Renacimiento tuvo su foco en las republicas italianas del siglo XV y XVI? Preguntas que parecen no tener relación pero que guardan íntimo nexo por que en ambos procesos, la burguesía que radicaba allí era la burguesía más desarrollada, aquella llamada a delinear el camino de esta clase social en su obtención del poder político.
Volviendo a la Revolución Francesa debemos precisar que las  coyunturas convertidas en etapas como es el caso de: Monarquía, Republica y Era Napoleónica). Marcan no solo momentos de un proceso revolucionario, sino también niveles de desarrollo íntimamente ligados de esta revolución. La monarquía guarda aun la imagen del monarca, su temor al rompimiento absoluto con lo viejo, su grado de conservadurismo, al conservar la imagen del rey y su institución, limitada por la promulgación de la Constitución de 1791 y la abolición de los derechos feudales, pero solo llegara a su fin cuando en Guerra contra Austria se demuestre que el rey francés incluso conspiraba contra su propio pueblo en aras de retornar al control del poder absoluto.
La República por otro lado se encuentra marcada por la pugna al interior de la clase burguesa de los sectores Girondinos (Gran Burguesía) y Jacobino (pequeña burguesía) principalmente en el marco no sólo de una guerra por la continuación de la Revolución sino ante la amenaza externa de países que ven como un mal ejemplo y un elementos perturbador del Régimen Absolutista Europeo a Francia, ello explica el Régimen de Maximiliano Robespierre (denominado Gobierno del Terror) quien lejos de ser satanizado en las clases de Historia debería ser analizado a la luz de su contexto,  y no ser juzgado como si la historia fuese un tribunal y los historiadores jueces y fiscales quienes señalan quienes fueron inocentes o culpables, la Historia se encarga de analizar  y sintetizar los hechos de la historia para así llegar a un alto nivel de comprensión de ellos.
La Era Napoleónica significó  para Francia la exportación de su revolución a Europa, la respuesta a los intentos de los regímenes absolutistas que conspiran contra Francia, y donde resalta la figura de un estratega militar como fue Napoleón con sus águilas Imperiales, las cuales fueron las encargadas de llevar no solo sus armas  sino de irradiar los principios de la revolución en Europa. 
La derrota de Napoleón en Waterloo (1815)  no marcó el fin de la Revolución Francesa, la Restauración Borbónica (1815 – 1830) significó el intento del régimen monárquico de volver al poder, de instaurar nuevamente el Antiguo Régimen, de un regreso al viejo sistema, como si la historia concibiera regresiones o retrocesos. El aparente retorno del Antiguo Régimen fue acompañado del Terror Blanco, la persecución y asesinato a los que había participado activamente en la Revolución, así como la instauración de la llamada Santa Alianza la cual agrupó a los países absolutistas europeos que tenían como objetivo velar por el statu quo, que no vuelva a surgir en país alguno un revolución burguesa como la francesa,  por ello la Santa Alianza bajo el pretexto de defender a la Iglesia Católica, armó un ejercito multinacional con el objetivo de erradicar de Europa cualquier intento de revolución burguesa.
La Revolución de 1830 es el retorno de la Burguesía al poder político significó el triunfo de la gran burguesía que logró nuevamente la instauración de un régimen político subordinado a sus designios. Culminaría este proceso con el  gran movimiento  de la burguesía en Francia (1848) con aquella gran irrupción de masas de artesanos y campesinos quienes junto a la pequeña burguesía buscaron mejores condiciones  de vida y mayores accesos en el ámbito político, y que a pesar de ser derrotados al final del la insurrección popular, como diría Marx, los resultados llevarían al proletariado, a comprender que su emancipación dependería de ellos mismo como clase que dirija el proceso futuro.
Analizar la revolución francesa implica tener en consideración que  “….como toda revolución debe ser entendida como un proceso, debemos tener en cuenta que hay momentos de restauración de contrarrevolución, momentos en que pareciese que se está volviendo nuevamente a las formas antiguas, pero cuando las masas han vislumbrado el porvenir, el proceso revolucionario marcha  irremediablemente hacia su triunfo final”. Y  justamente partiendo de esta premisa es que postulamos que los acontecimientos posteriores a la derrota de Napoleón no son ajenos del todo al gran proceso de la revolución Francesa, por ello planteamos que  la Restauración Borbónica (1815 – 1830) fue el momento de contrarrevolución, de aparente regreso al antiguo régimen, del “retroceso en la historia”, en su marcha ineluctable hacia un nuevo momento para la humanidad. Significó este aparente regreso un momento  contrarrevolucionario que buscaría la restauración del la aristocracia y la monarquía en el poder político,  caracterizada  por  el llamado “Terror Blanco” el regreso de la política absolutista y la persecución hacia aquellos que habían sido protagonistas, participado y/o colaborado durante la revolución francesa; el terror Blanco fue la persecución y venganza de los monárquicos contra los que apoyaron a la revolución.
Sin embargo el retorno de la vieja monarquía no significó la derrota de la revolución Francesa, muy por el contrario la historia demostraría una vez mas como el proceso histórico, ese movimiento  de ascenso en espiral, que en algunas coyunturas pareciere que se detiene o retrocede sigue un curso ineluctable, quizá ello no quieran ver quienes durante las ultimas décadas se han desvivido en demostrar que el socialismo y  la instauración de regímenes alternativos y opuestos al capitalismo han sido derrotados y nunca se instauraran por que el capitalismo a vencido, que paradójico planteamiento, partiendo de la premisa que fue la burguesía, la clase hoy contrarrevolucionaria y retardataria aquella que en el siglo XVIII marcaba la pauta e iba al ritmo de la historia, marchaba en el mismo sentido.
Por tanto, concebir la revolución francesa ajena a los movimientos liberales, burgueses de 1830 y 1848 significa de alguna manera un análisis que soslaya las múltiples relaciones que se establecen entre los movimientos burgueses de 1830 y 1848 y que hacen que estas revoluciones signifiquen la culminación de la Revolución Francesa es decir el triunfo final de la burguesía francesa con la obtención del poder político.
Publicado en Revista Vórtice. Ciencia, Arte y Filosofía desde la Política. (pp. 7 - 9)
Año VI - No 25. Nov - Diciembre 2010, Lima - Perú.

12/20/2013

UNA FORMA DE ENSEÑANZA DE LA HISTORIA UNIVERSAL: A PROPÓSITO DEL SURGIMIENTO DE LAS IDEOLOGIAS BURGUESAS


“En el campo idealista existe una tendencia generalizada a aislar abstractamente procesos, seres e ideas para considerarlas separadamente y luego pretender llegar al conocimiento de su esencialidad apriorísticamente. Lo propio se hace con los productos de la actividad del hombre”
(Guardia Mayorga: 1993)


La historia como ciencia debe ser enfocada como un proceso en espiral ascendente de las relaciones sociales de los hombres (modos de producción) en el tiempo; y que tiene en la lucha de clases (su ley fundamental), al motor que dinamiza el proceso social.
Como ciencia, la historia, debe estudiarse como proceso, con partes que se interrelacionan e interactúan entre sí, unas a otras, y no de forma aislada. De esta manera por ejemplo, no podríamos comprender la aparición del feudalismo, sin haber estudiado el desarrollo, ascenso y colapso del modo de producción esclavista, al interior del cual se fueron configurando los nuevos elementos que dieron forma al nuevo modo de producción feudal.

Fue durante la etapa final del esclavismo romano (dominado), y debido a la ineficacia del sistema esclavista, (al no responder a las nuevas condiciones sociales y económicas), que fue posible la gestación de nuevas formas de relacionarse los hombres al producir, muy ajenas a las formas esclavistas, nuevas formas que surgían de la necesidad de producir en nuevas condiciones; así surgió, el colonato, de la necesidad de los esclavistas romanos en poder mantener la producción que decaía entrando en crisis terminal, producto del colapso del esclavismo. Estas nuevas formas constituirían en el tiempo el antecedente más remoto del feudalismo.
¿Cómo se configuró el esclavismo?, surgió de la descomposición de la Comunidad Primitiva, caracterizada por sus relaciones sociales de producción (relaciones establecidas por los hombres al producir) de forma comunal y colectiva; este sistema comunitario, frente a los cambios climáticos, el desarrollo del conocimiento, y principalmente la necesidad de los hombres de hacer frente a una crisis en la producción, hizo posible un gran avance, una verdadera revolución, llamada La Revolución Neolítica, la cual constituyó un salto en la calidad de vida del hombre de esos tiempos; trasformando su economía de subsistencia en una economía de carácter productiva y autosufiiente; logrando de esta manera un progreso en su emancipación de la naturaleza.
Analizar la Revolución Neolítica y su trascendencia, implica conocer el proceso que llevó al hombre, frente a una realidad concreta de crisis en la economía, a descubrir la agricultura y la ganadería, dos actividades que trasformarían radicalmente la vida misma del hombre, transitando de una vida trashumante y nómada hacia una vida de carácter estacional y semi nómada, para finalmente llegar a fijar su residencia de manera estable (sedentarismo); y con ello la aparición del excedente productivo, posibilitando las condiciones para la aparición de las clases sociales. Al irse configurando estas nuevas clases, se produjo la aparición del estado, institución legitimizadora que detenta el poder en beneficio de una minoría (sector dominante), frente a una mayoría que pasa a conformar el sector dominado. A partir de la instauración del estado, se ponen en marcha los mecanismos dominación por parte de la élite dominante para la manutención del status quo, por medio del dominio ideológico (religión) y en el nivel coercitivo la aparición de un grupo armado, defensor de los intereses del sector social dominante, los guerreros; nada de esto se podría entender de manera aislada; allí se encuentra el secreto para poder tener una mayor comprensión científica de la historia.
Frente a esta forma de entender la historia, ¿Es prueba de saber historia universal, el memorizar la fecha exacta de la caída de Constantinopla, del descubrimiento de América?, o ¿Acaso sabe más Historia del Perú quien aprendió de memoria la fecha de fundación de Lima?. Nosotros decimos que no, que esa forma de concebir la historia es sólo un tipo de conocimiento superficial y memorístico propio en cierta forma de enseñanza en la educación secundaria y en la misma preparación pre universitaria; afortunadamente hay aún, algunos profesores que inciden en buena medida en la comprensión de la historia como proceso, y al estudio de la histórica con un método que sirva al alumno para una comprensión óptima de la historia, que brinde al estudiante de las herramientas para la comprensión de las leyes que rigen el desarrollo social y poder así comprender los hechos históricos, sus causas y consecuencias (Ver Vértice No 11, Pág. 5 – 6).

Esta forma de estudiar la historia, como proceso, es el mejor método para los estudiantes que desean comprender, por ejemplo, ¿por qué los indígenas de nuestra amazonía hace algunos días iniciaron un nuevo proceso de lucha en defensa de sus tierras y lograron no sólo paralizar las principales empresas del estado (petrolíferas, gasíferas e hidroeléctricas) de la amazonia, sino doblegaron al gobierno en sus pretensiones de beneficiar al capital internacional; la causa inmediata de la protesta popular, el arbitrario intento del ejecutivo en la implementación de la denominada “Ley de la Selva” (DL. 1015 y DL.1073), que buscaba erradicar el carácter inalienable, inembargable e imprescriptible de los derechos colectivos de los pueblos indígenas sobre sus tierras. Esta política estatal sólo se puede comprender si entendemos que el gobierno del Sr. García, se ha colocado al servicio de las grandes corporaciones trasnacionales, a favor de los capitales extranjeros, que observan con ávidos ojos nuestra amazonia (fuente de riquezas acuífera, forestal, petrolífera, hídrica, maderera, etc.).

Para ello, el ejecutivo promueve una política económica de acceso irrestricto y con amplios privilegios al capital trasnacional. Este nuevo enfrentamiento comprueba una vez mas la contradicción principal que venimos sosteniendo y que se revela en la realidad social (la contradicción entre gobierno pro imperialista y población antiimperialista) (Ver Vértice Edición Extraordinaria, pág.5 - 6)

EL HUMANISMO Y EL RENACIMIENTO: IDEOLOGIAS BURGUESAS

Tres fuerzas sociales caracterizan el feudalismo europeo; los campesinos feudatarios, (siervos libres y siervos de la gleba), sector más explotado del orden feudal, el segundo la burguesía, sector emergente compuesto por banqueros y mercaderes, que hacia finales del siglo XII iniciaban un proceso lento de nacimiento como clase, y que en perspectiva se convertían en la clase revolucionaria del régimen feudal (siglos XVII en el caso ingles y XVIII para el francés), finalmente el sector noble, clase reaccionaria, defensora de un orden feudal que para el siglo XIV y XV se vislumbraba como caduco.

Durante los siglos previos a la aparición de las denominadas ideologías burguesas, el campesinado europeo principal fuerza social y clase social explotada, luchó por su emancipación; entre los principales movimientos antifeudales en Europa podemos mencionar a la rebelión de los campesinos franceses de 1358 denominado la Jacquerie, (nombre que deriva de Jacques Bonhomme, nombre que las clases dominantes dieron al campesino francés). Este movimiento fue apoyado por la burguesía en muchas áreas, saqueó castillos, y los señores feudales tuvieron que utilizar la violencia y severas represalias para castigarlos (20000 insurgentes asesinados en dos semanas).

Otro ejemplo de lucha de los campesinos es el denominado movimiento Husita, (derivado de Juan Huss, quemado vivo por orden del alto clero de la Iglesia Católica en 1415), se inició como un aparente movimiento anticatólico, pero apoyado por artesanos y burgueses elevó sus planteamientos y se convirtió en un gran movimiento de características nacionales en Bohemia; ante ello el Papa organizó una cruzada para someterlos (participaron germanos y caballeros de todos los países de Europa).

Frente a esta cruzada los husitas se apoderaron de las tierras del rey y de los señores feudales, adquiriendo su movimiento un claro matiz antifeudal. Conformaron para ello un poderoso brazo armado, que incluso pasaría a la ofensiva llegando hasta el mar Báltico y obligando al emperador alemán Segismundo a negociar con un sector del movimiento, los moderados, ultraquistas o calixtinos (conformado por miembros de la nobleza y la burguesía). El otro sector denominados los taboritas, cuyo líder era Juan Ziska (compuesta en su mayoría por campesinos), fue derrotado en la batalla de Lipani (1434). La derrota taborita obedeció principalmente a su aún debilidad política y desorganización, no contaba con una dirección y un líder que hiciera prioridad la cuestión política y subordinada la forma militar.

Estos numerosos movimientos campesinos europeos de los siglos XIV y XV son muestra de las luchas antifeudales por parte de los campesinos, buscando que se les devolviera las tierras; sin embargo la fuerte represión por parte de los nobles feudales, sumado a la falta de organización política de los campesinos hizo posible que la burguesía asumiera un papel preponderante en los futuros movimientos antiufeudales, dotándolos de nuevas formas de lucha. Las derrotas militares de los campesinos también enseñaría a la burguesía que enfrentar al orden feudal no se podría dar sólo en el terreno militar sino también en el plano de las ideas, de esta manera no solo el desarrollo económico social de las emergentes ciudades italianas contribuyen al surgimiento de nuevas ideas sino también, las ideologías burguesas surgen del entendimiento de la burguesía de desplegarse en nuevas formas.

Para estudiar el humanismo y el renacimiento, es imprescindible partir de una premisa muy importante, las ideas y conocimientos son producto de la base económica, se encuentran interrelacionadas, no podríamos entender y menos aún comprender cualquier idea de la historia sin antes comprender la base económica sobre la que se desarrolla; de esta manera, es inconcebible tener una comprensión clara de estos movimientos ideológicos (humanismo y renacimiento), si no exploramos previamente al sector social burgués, forjador e impulsor de ambos movimientos.

Durante los siglos XIV – XV en Europa, el país más progresista era Italia, constituida por varias emergentes repúblicas (Venecia, Génova y Florencia entre las principales), estas ciudades por su rica actividad económica gestaron una burguesía emergente (industriales, banqueros y mercaderes); clase que impulsó la gestación de una nueva etapa en la historia de la humanidad, el nacimiento de la primera etapa del capitalismo, el mercantilismo.

La dictadura de ideas impuesta por la clase feudal (nobles y clero) en el mundo medieval, tuvo como características principales: su sentido providencial (todo sucede por disposición de Dios), su teocentrismo (todo gira en torno a Dios) y los modelos morales (ejemplos de ello, la vida de los santos y los personajes de la Iglesia).

Frente a ello la lucha de clases entre los siglos XIV y XV tuvo al sector feudal enfrentado al sector popular, esta vez dirigido por la clase progresista de ese momento, la burguesía, la cual se desplegó en nuevas formas en su enfrentamiento con la clase feudal, se expresó en lucha de ideas; la burguesía buscó desplazar el sistema de ideas que sustentaba el feudalismo y sus principales postulados, defendido por la clase de los señores feudales y el clero; mientras el sector popular liderado por la burguesía iniciaba una revolución en las ideas; en donde el hombre ya no era un ser pasivo, impotente a la voluntad divina; sino muy por el contrario, el hombre empezaba su emancipación de la providencia; surge así la idea del Humanismo, el cual rechazó las viejas ideas religiosas defensoras del orden feudal y su visión providencial reivindicando la dignidad y el valor de la persona como ser racional que por su misma capacidad puede hallar la verdad y practicar el bien.

Hacia el siglo XV, Italia fue el foco de difusión del movimiento artístico, cultural denominado Renacimiento y por el cual, la burguesía retomando el modelo greco latino, produjo no sólo cambios estéticos sino la sustitución de los modelos tradicionales feudales, soporte de la clase señorial. Esta ideología burguesa buscó resaltar los modelos y estudios clásicos para desplazar el modelo providencial y hacer de la antigüedad clásica una pauta y modelo a seguir en toda la actividad cultural.

Las ideologías burguesas que acabamos de señalar el Humanismo y Renacimiento, marcan el primer hito del desarrollo de una clase social, la burguesía, que entre los siglos XIV y XV inicia su proceso su gestación y desarrollo; un nuevo momento de maduración en su camino a la obtención del poder político y la instauración del régimen capitalista como formación económica dominante, será el movimiento de la Reforma Protestante el segundo momento de desarrollo de la burguesía, este movimiento aparentemente religioso esconde, los deseos de una clase burguesa que busca desplazar y disminuir el poder político de la Iglesia mediante la secularización de sus bienes y supresión de sus rentas, en beneficio de los príncipes y reyes. Finalmente la clase burguesa ya madura políticamente esbozó el movimiento de la Ilustración, en el cual podemos encontrar las bases y principios políticos de su futuro estado, elaborado acorde a sus necesidades como clase.

12/19/2013

CARLOS LAZO GARCÍA Y SU APORTE FUNDAMENTAL AL ESTUDIO DEL MOVIMIENTO SOCIAL EN EL PERÚ COLONIAL


                                                                                                             Luis Alberto Rivera H¨


“La historia social es una disciplina que ajusta su campo de trabajo al descubrimiento de la estructura de clases, de su dinámica y de su proceso histórico. Con su análisis afloran los mecanismos envolventes o movilizaciones sociales de control empleados por los grupos de elite gobernantes; los resultados alienadores obtenidos con aquellos sobre la población sojuzgada y las respuestas de defensa social esgrimidas por esta en salvaguarda de su elemental existencia”
(Carlos Lazo García 1981: 11) 




Hacia 1981, los historiadores Carlos Lazo y Javier Tord, habían publicado tres textos que se constituyeron en el tiempo, en obras de lectura obligatoria, en la historiografía de la historia social del Perú Colonial, tituladas: “Economía y Sociedad en el Perú Colonial (Movimiento Social)”, “Economía y Sociedad en el Perú Colonial (Dominio Económico)” y “Hacienda, Comercio, Fiscalidad y Luchas Sociales (Perú Colonial)”.
Hace algunos años en la reedición de las obras del maestro Carlos Lazo, en el nuevo prólogo, Javier Tord Nicolini mencionó “Si los peruanos no incluyen en su diagnóstico nacional  el superar ese podrido espíritu señorial, con seguridad no podrán generar una sociedad moderna, constructiva, progresista” (2007:20).
Y es que la persistencia aún de comportamientos feudales en el Perú, durante finales de la década de los años 70, en el siglo pasado, fue una de las causas que motivó  a  Carlos Lazo junto a Javier Tord a profundizar en el análisis del mundo colonial.
Este comportamiento, del historiador comprometido con su realidad, que busca desentrañar las causas profundas de los hechos y no las apariencias,  quedó reflejado, en las  mismas palabras de Carlos Lazo, cuando en una entrevista mencionó:
(…) una obra histórica puede ser un camino de liberación como también puede ser un camino de opresión. Nosotros, los historiadores, tenemos el conocimiento de cómo fue el dominio de las sutilezas de la enajenación social, entonces así como podemos guiar hacia un cambio real, también podemos asesorar el no cambio o apoyar cambios pseudomorfóticos”


Durante la primera década del siglo XXI, en una entrevista concedida por el maestro Carlos Lazo García a estudiantes universitarios sanmarquinos y publicada en la revista Praxis en la Historia Año I, N° 2(2004), sobre el contexto de la publicación señaló que esta obra fue publicada por Mejía Baca en 1980 y consistió en un estudio en torno a dos aspectos fundamentales del Perú Colonial, la vida económica y la vida social, dentro de su desarrollo feudal.
Bases fundamentales para cualquier estudio posterior sobre aspectos de la sociedad colonial, en ella abordarían un problema fundamental, hasta ese momento no esclarecido, era la sociedad colonial una sociedad de clases, estamento, castas o como decían algunos dividida en república de españoles e indios.
Lazo y Tord llegarían a la conclusión que el mundo colonial fue una sociedad de clases, y tuvo como eje vertebrador a las clases sociales, las cuales subordinaban aspectos como casta, estamento o repúblicas, categorías que habían servido hasta ese momento para esclarecer la  imagen del mundo colonial y que sin embargo para ambos historiadores.
Las diferencias estamentales y de castas se mantuvieron subordinadas a la estratificación de clases sociales y fueron el camuflaje socio – ideológico con el cual se recubrió la realidad de estas últimas (Tord y lazo 1980b, T. V, Cap. I)

Por aquellos años, la obra sobre el mundo colonial de Lazo y Tord fue adquiriendo trascendencia, debido no sólo a su agudo análisis histórico, sino también porque  servía para que  los investigadores sociales
de izquierda fundamenten históricamente la tesis sobre la semifeudalidad del Perú de hoy,  comprendiendo los orígenes de esta a partir de la feudalidad colonial ( véase “el paradigma de la filosofía universitaria en el Perú” de Octavio Ovando); y de otra parte, para que estudiosos de derecha expongan el argumento referente a la actual existencia de una vida corporativa y de relaciones personales originada en la colonia y que se constituye en el principal obstáculo para nuestro desarrollo ( sobre este tema, puede leerse “El capital ausente” de D. Ordóñez y L. Sousa)” (Lazo García 2004)

Carlos Lazo y Tord iniciaron sus estudios sobre el mundo colonial, a partir de su acercamiento al llamado movimiento social, ¿ y cuál habría sido el trasfondo de aquella preocupación por los movimientos sociales?, Lazo y Tord fueron estudiosos que no dudaron en hacer visible su apuesta y opción teórica y más aun su deseo de responder a su momento histórico, caracterizado por el llamado nacimiento de la Nueva Historia, que cuestionó la historia tradicional y buscó reivindicar  actores nuevos y seres concretos olvidados por la historia oficial
Heraclio Bonilla junto a Manuel Burga, Alberto Flores Galindo, Wilfredo Kapsoli y Nelson Manrique son los miembros principales de la  Nueva Historia. Todos ellos tuvieron que verse afectados por la coyuntura enunciada (la guerra de Argelia, la Guerra de Vietnam, la Revolución Cubana)[1]. Así, ingresarán a la investigación histórica con el objetivo de contribuir a una profunda transformación social. Los temas eran elegidos en conformidad a su importancia revolucionaria, combinando lo académico  con la activa militancia política. (Morán Ramos 2005: 2).

Esta nueva mirada al espectro social por parte de Lazo y Tord, llevó a enfocar en nuevos actores sociales, de esta forma, los movimientos sociales, y dentro de ellos, el bandolerismo  y la criminalidad, como expresión de protesta de las clases sociales dominadas, se convirtieron en uno de los muchos  temas de análisis.
Carlos Lazo y Javier Tord (1977, 1979, 1981), fueron quienes de forma pionera, tipificaron y abrieron brecha para el estudio detallado de las distintas formas de protesta social que esbozaron las clases dominadas del Perú Colonial. En palabras de Waldemar Espinoza Soriano
ahondan en los temas claves para la comprensión de las estructuras y la dinámica de la economía social del Virreinato peruano. Al cual lo caracterizan sin ambages como un modo de producción feudal, impuesto por el estado colonial en las esferas de los procesos productivos, circulatorios y distributivos. (Lazo 2006: 12).

Todo ello permite afirmar que la obra de Carlos Lazo, publicada en la Colección Mejía Baca titulado “Economía y Sociedad en el Perú Colonial (Movimiento Social)”  fue una obra que buscó analizar desde las visiones complementarias de los grupos en el poder y los sectores dominados, los mecanismos empleados por ambos que permiten explicar el funcionamiento de la estructura  económico social en la colonia.

CARLOS LAZO Y SU CONCEPCIÓN SOBRE LA HISTORIA: ONTOLOGÍA GNOSEOLOGÍA Y APORTES EN LA HISTORIA SOCIAL

Carlos Lazo fue un historiador que concibió como ciencia la historia, y para quien el principal compromiso del científico social  debe ser analizar a los hombres en concreto en sus relaciones sociales con otros hombres, no a los individuos ni al hombre aislado de su base económico social, el análisis de la historia ciencia, logra comprender el desarrollo de los fenómenos sociales, estudiándolos en su dinámica interna y sus relaciones con la realidad que la rodea, dado que  cualquier fenómeno social no se desarrolla aislado de su contexto, una formación económico social, una forma de producir etc.
En este sentido Carlos Lazo concibió  la historia
como la ciencia social que estudia el proceso de las relaciones sociales que han devenido en el tiempo. Cuando hablo de relaciones sociales, me refiero a las relaciones de convivencia, a la vida misma. Los hombres al convivir en sociedad articulan sus vidas, acciones y pensamientos. Esta articulación en cada tiempo histórico determina una idiosincrasia de ser y vida histórico-social, que sella históricamente a los hombres y mujeres. Eso es la historia para mí, el estudio de la vida cotidiana, las ideologías, incluso las mentalidades colectivas, etc. Y también estos elementos son su problema actual. (Lazo 2004)

De esta manera  resulta absurdo analizar por ejemplo la vida cotidiana, las llamadas mentalidades, si antes no se ha logrado entender la dinámica económico social donde los hombres se desarrollan, es decir la base concreta, el llamado “ser social”, aquel concepto sustancial para entender las diversas manifestaciones complementarias del hombre, su política, su religiosidad, etc.
Para Carlos Lazo por tanto un análisis que prescinda de la base económica social, en la que se desarrollan los hombres, contiene un análisis fragmentado o en su defecto está buscando la mera descripción de aspectos aislados de la totalidad y pretendería desvincular al hombre de la realidad.
Por ello Carlos Lazo fue muy riguroso al momento de elaborar sus análisis en la historia,  y sus investigaciones  tienen un rigor teórico y metodológico como queda demostrado en sus trabajos sobre el mundo colonial elaborados junto a Javier Tord, en dos investigaciones rigurosas y que hoy son lectura fundamental: Economía y sociedad en el Perú colonial (Dominio económico) y  Economía y sociedad en el Perú colonial (Dominio social); tomos IV y V de la Colección Mejía Baca.
En esos estudios Carlos Lazo, parte de una  premisa, un problema ontológico de la filosofía de la historia, cuál es el ser que deviene en la historia del Perú, cual es el ser que debe ser materia de análisis en los estudios de Historia. Y coincidente con su concepción de la historia ciencia, concluye que son las relaciones sociales de los hombres establecidas en el tiempo.
Para Carlos Lazo la historia es un proceso de desarrollo social y  su conocimiento como todo lo que es histórico debe resultar de una obra científica o colectiva y servir al desarrollo de la sociedad. La historia como proceso de desarrollo social evidencia su propio carácter dinámico. Por tanto, se debe entender que las individualidades no hacen la historia sino la hacen los hombres en colectivo  en sus luchas constantes en su quehacer cotidiano, asimismo como ciencia que es la historia sus estudios deben servir para el desarrollo de la sociedad, allí radica un elemento más para tomar en cuenta del porque es ciencia la historia.

Desde su concepción de la Historia, Carlos Lazo define a la historia como una ciencia y no un arte, un conocimiento objetivo y no subjetivo, estos dos criterios puestos a cuestionamientos por las posturas nihilistas de la posmodernidad[2].
Por ello busca “recurrir a los análisis de macro – economía y de macro sociedad en busca de las relaciones sociales fundamentales”, converge con Ciro Cardoso en buscar la historia total  sin que esta consista en “(…) la tarea imposible de “decirlo todo sobre el todo”, sino solamente en decirlo aquello que depende del todo; esto sí, cosa perfectamente factible.”(Cardoso, Ciro, 1982 p.165).
Su concepción científica de la historia le permite visualizar que son las relaciones sociales el ser que deviene en la historia y no el hombre aislado o su praxis, como lo visualizan
Las formulas decimonónicas del idealismo objetivo racionalistas y del idealismo subjetivo que destacan como fuerza motriz de la historia “el voluntarismo”, “el espontaneísmo”, la voluntad de poder”, “la genialidad del individuo”, “el elam vital”, “el alma o el espíritu de la sociedad”, “el espíritu del corps o las voluntades colectivas” y “la intelligentsia  conductora” (Lazo 2007: 64).

Frente a ello, Carlos Lazo concibe que las relaciones sociales articulan el accionar de los individuos y grupos sociales en la sociedad, no son los hechos aislados sino las relaciones que articulan esos hechos. Concibe por tanto, la dimensión del hecho histórico como una totalidad histórico social, como una  totalidad con coordenadas sincrónicas y diacrónicas (coyunturales y estructurales).
Por tanto para Carlos Lazo el historiador que conciba su oficio como una ciencia, debe dar a conocer el proceso y el grado de evolución de las relaciones que han devenido en el tiempo, revelando que esas relaciones sociales han constituido la red de movilización social de dominantes y dominados, asimismo deberá revelar  la existencia del debe ser social, el cual nos tiene unidos a la sociedad ya dada y nos imposibilita de ser constructores de un orden social diferente y superior (Lazo 1980).
 Develado su concepción sobre el onto o ser deviniente, asume una  teoría del conocimiento (Problema Gnoseológico) de cómo concibe la historia como ciencia y la hace suya sirviéndose de ella para  develar la realidad en sus múltiples relaciones y facetas.
Por ello para Lazo sus lineamientos teóricos (Teoría Gnoseológica) le permitieron el
(…) descubrimiento de la estructura de clases, de su dinámica y de su proceso histórico. Con su análisis afloran los mecanismos envolventes o movilizaciones sociales de control empleados por los grupos de élite gobernantes; los resultados alienadores obtenidos con aquello sobre la población sojuzgada y las respuestas de defensa social esgrimidas por esta en salvaguarda de una elemental subsistencia (…) devela lo que bien podríamos sintetizar como los hechos – causa y los hechos – efecto, destinados a instaurar y conservar una sociedad que fue organizada para el dominio y bienestar de una minoría”( Lazo 1981:11)

Su Teoría del conocimiento, el marxismo, fue aplicada en sus trabajos de investigación que realizó, sin ser excluyente con otras teorías, por ello pudo recurrir a la teoría sicoanalítica, las ideas funcionalistas y estructuralista. Porque para Lazo, la teoría marxista se enriquece cuando se asume como punto axial para el manejo de otras filosofías y otras teorías. (Lazo 2004).
Para Lazo su apuesta por la historia ciencia lo lleva a  “buscar las causas interno – intrínsecas desencadenantes de la esencialidad” (Lazo,2004:64). Su teoría del conocimiento[3] como lo revela pretende llegar al nivel de la esencialidad del fenómeno social, no quedándose en las apariencias sino llegando a comprender el hecho histórico en toda su complejidad.
Para ello  concibe una gama de conceptos que reflejan de forma dinámica la realidad social, intentando acercarse a cada uno de los problemas de sus investigaciones.

Lazo reconoce no sólo los desarrollos del marxismo en el plano de la gnoseología, sino que de forma categórica y sin ambages, afirma que todas sus clases y podríamos extenderlo a sus investigaciones, tienen un elemento medular, la crítica y ella proviene del manejo adecuado y científico de su concepción teórica marxista (Lazo 2004).
En ello converge con la afirmación categórica establecida por Foucault cuando refiere
“Es imposible, en el presente, escribir historia sin utilizar un conjunto de conceptos vinculados directa o indirectamente con el pensamiento de Marx y sin situarse uno mismo dentro de un horizonte de pensamiento que ha sido definido y descrito por Marx. Se debe incluso preguntar qué diferencia puede haber, en última instancia, entre ser un historiador y ser un marxista” (Foucault, M. 1978)

Todo ello permite ver el grado de versatilidad que tiene el marxismo, como corriente teórica, y no como afirman algunos “teóricos” devenidos hoy en defensores de la moda posmoderna, que pretenden endilgar al marxismo, un determinismo económico, y repiten cual papagayos una y otra vez ello; no reparando  que Engels había ya zanjado ese tema cuando en una carta a Bloch mencionó
Según la concepción materialista de la historia, el factor que en última instancia determina la historia es la producción y la reproducción de la vida real. Ni Marx ni yo hemos afirmado nunca más que esto. Si alguien lo tergiversa diciendo que el factor económico es el único determinante, convertirá aquella tesis en una frase vacua, abstracta, absurda (Carta de Engels a Bloch, setiembre 1890)

Carlos Lazo comprendía perfectamente que todo científico social que conciba como ciencia la historia, haga suyo una concepción,  y desarrolle una teoría del conocimiento acorde con una concepción del mundo y la vida; debe desplegar todo su marco analítico  al abordar sus investigaciones.
Ello queda claramente demostrado cuando inicia sus estudios sobre los fenómenos sociales, la preocupación axial de Lazo por comprender estos fenómenos sociales tanto en su dialéctica interna como externa, así lo demuestra. Por ello analizó los fenómenos sociales como parte del devenir histórico en interconexión con la estructura económica social.  
Todo ello incentivó a Lazo para  dotar a la historia social peruana de un marco de conceptos y un modelo metodológico o un ejemplo de cómo desarrollar futuras investigaciones. La adopción de su opción teórica y hacerla explícita, fue uno de sus importantes aportes como intelectual[4].
Un comportamiento que contrasta con algunos  intelectuales que no asimilaron y nunca hicieron suya una concepción de vida y menos una teoría gnoseológica. Por ello quizá muchos se preguntaban, cómo hacia el historiador Carlos Lazo para no renunciar a su teoría, a su forma de hacer y concebir la historia, enseñando con el ejemplo lo que es ser un historiador comprometido con la realidad y un defensor de la historia ciencia a cabalidad.
En ese sentido  al historiador Carlos Lazo le tocó  hacer frente a dos momentos complejos, el repliegue político general, y el cuestionamiento al marxismo como concepción de análisis y la ofensiva neoliberal, denominada en el plano de las ciencias sociales como “la derechización de las ciencias sociales”.
Frente a la cual  inició una lucha frontal contra la historia no ciencia, la moda de los años 90 en la forma de hacer historia, la posmodernidad. Podríamos decir que Carlos Lazo, parafraseando a Lucien Febvre, desarrolló sus combates por la historia,  no sólo en conferencias y su cátedra sino en  escritos y entrevistas a estudiantes, e identificando a la posmodernidad  como un peligro para la ciencia histórica
La postmodernidad es una criatura de la economía globalizada contemporánea, es un enlatado ideológico que lanza al mundo una visión de la historia que obscurece lo que fue el pasado, que genera la confusión y que trasforma el conocimiento de la historia en un artificio y al historiador en un artesano-artista. De la historia postmoderna no puede surgir ninguna conciencia histórica que contribuya a la formación de una conciencia de clase que apunte a liberar al país de sus enemigos internos y externos. A la corriente postmoderna hay que combatirla por ser un asunto de dependencia o libertad. (Lazo 2004)

Pero regresando a la preocupación de Lazo y Tord en los años 1980, podríamos  mencionar que es clara su apuesta por dotar de utillaje teórico a los futuros historiadores del mundo colonial, todo ello enrumbado en un método de análisis y un conjunto de categorías conceptuales que desarrollen una mejor comprensión del movimiento social durante el Perú Colonial (s. XVI – XIX).
De esta preocupación teórica surgen conceptos para el análisis del movimiento social como: historia social, movimiento social, feudalismo colonial, movilización social legalista, la movilización festiva , los mecanismos  envolventes de control social, las formas defensivas de acción social (como guerras de liberación, búsqueda del señor protector, acciones idolátricas, movimientos mesiánicos), una tipología de las protestas individuales de protesta popular: la huida, la acción auto destructora, el vagabundaje, el salteador de caminos, el bandolerismo social, el cimarronaje, etc.
Toda una tipología de las múltiples formas defensivas de acción social esgrimidas por los dominados en respuesta a la explotación de los sectores dominantes.
 Esta tipología de protesta social, constituyó durante buena parte de la década de los años 90 la veta de la cual múltiples investigadores como Aguirre, Arrelucea, Flores Galindo, Vivanco, entre los más importantes pudieron utilizar para reflexionar y abordar sus análisis, un camino trazado y que contribuyó a enriquecer la historia social sobre el Perú Colonial.
En esta perspectiva la historia del Perú Colonial se ha enriquecido a partir de este primer abordaje teórico metodológico hacia la comprensión de una parte fundamental  de nuestra historia y que permite explicar mucho de nuestra forma de ser hasta hace muy poco en nuestra sociedad, tomando las palabras de Javier Tord, ese espíritu rentista que subyace aún en algunos sectores sociales
El Rentismo tiene hoy implicancias graves. No ve las posibilidades que el desarrollo moderno ofrece y se aferra a figuras y formas de actuar ya superadas. No comprende la necesaria vinculación orgánica de empresarios y trabajadores en vistas a competir. Convive con una educación nacional deficiente que le resta posibilidades creativas y de crecimiento. No entiende que la profesionalización y el buen desempeño deben ser considerados más importantes que la calidad familiar, racial o corporativa… Mantiene una actitud pasiva no productiva que desdeña la inventiva, el riesgo bien asumido. En consecuencia, no integra, nuestros capitales emigran, nuestra mano de obra lo sigue (Tord, 2007:23)

Estas fueron las preocupaciones de Lazo y Tord, cuando escribieron sus escritos y luego la de dotar a los futuros historiadores de un corpus analítico y de categorías conceptuales que contribuyeran a poder ser desarrolladas, a partir de este primer camino abierto; con seguro muchos aciertos, méritos y abiertos a crítica, fue posible que la historia social del Perú Colonial, pudiera ser de mejor forma analizada. El camino estaba ya más claro, había ahora que analizar con rigurosidad ya no tanto las generalidades sino los fenómenos sociales.
Sin embargo, pasados ya tres décadas se hace imprescindible reconocer ese camino trazado, y que ha sido por muchos soslayado, silenciando a los autores que abrieron brecha para la comprensión de la historia social del Perú Colonial, omitiendo sus aportes, no reconociendo lo avanzado, quizá por subjetivismo o quizá por que hicieron suyo un marco teórico y aún mas fueron consecuentes con él, y  no resulta conveniente destacar ello. Porque como diría Lazo en su producción en la historia es indisoluble su concepción teórica, el marxismo, y gracias a ella pudo tener la amplitud y capacidad analítica que sirvió para todos sus aportes en la historia social y económica de la colonia. Su aporte para muchos es fundamental en la comprensión de la historia social del Perú Colonial, pero incluso para sus mas acendrados antagonistas, su obra así fuera sometida a crítica radical, siempre será punto axial en toda obra de análisis de la Historia Colonial. Su obra aún permanece incólume y su análisis de la perspectiva del devenir de los estudiantes de historia de nuestro país es toda una invitación que dejaremos que Carlos Lazo (2004) la haga “cada vez es más notoria la presencia de estudiantes que conciben la ciencia histórica como un compromiso con el pueblo y con el desarrollo histórico del país. Estos alumnos sin duda serán actores de nuestra historia futura y constituirán el aporte humano (….) al definitivo cambio de nuestra sociedad. Por lo demás, la visión más amplia y compleja de nuestra historia que a raíz del compromiso adquirido irán desarrollando, les permitirá ofrecer una nueva academia que atraerá la atención de los alumnos de ciencia sociales de todas las otras universidades del país. La obra de estos futuros historiadores (…) asegurará la cientificidad de la venidera historiografía peruana.”. 

BIBLIOGRAFIA
AGUIRRE, Carlos y Charles Walker, eds (1990) Bandoleros, abigeos y montoneros. Criminalidad y violencia en el Perú, siglos XVIII (Lima: Instituto de Apoyo Agrario/Instituto Pasado & Presente.

ARRELUCEA, Maribel (1995) Conducta y control social colonial. Estudio de las panaderías limeñas en el siglo XVIII. En: Revista del Archivo General de la Nación.  Número 13. pp 133-150. Ministerio de Justicia

                                           (1995) De la pasividad a la violencia.  Las manifestaciones de protesta  de los esclavos limeños a fines del siglo XVIII. En Revista Historia y Cultura - No 24.PUCP.
                                           (1998) De curanderos y Bandoleros: Opciones de Cimarronaje en la Costa Central. Siglo XVIII. En: Revista del Archivo General de la Nación. Número 17. Ministerio de Justicia

                                            (1999) Conducta social de los esclavos de Lima 1760-1820. Tesis: Licenciatura. UNMSM, Lima.

HUERTAS TORRES, Carlos Augusto (2004) Entrevista al Historiador Carlos Lazo. Revista Praxis en la Historia, Año I, N° 2. Julio 2004
LAZO GARCÍA, Carlos (1979) Hacienda, Comercio Fiscalidad y Luchas Sociales (Perú Colonial).Biblioteca Peruana de Historia Economía y Sociedad.

LAZO GARCÍA, Carlos (1979) El Movimiento Social en el Perú Virreinal: Precisiones ontológicas. En actas del Tercer Congreso del Hombre y la  Cultura Andina. Editor Ramiro Matos.

LAZO GARCÍA, Carlos (1981) Economía y Sociedad en el Perú Colonial. Movimiento Social. Editorial Mejía Baca.

LAZO GARCÍA, Carlos y Alexander Ortegal (1997) “El papel de la ideología Providencialista en el feudalismo peruano colonial siglo XVI-XVIII” En: Revista del Archivo General de la Nación. 15. pp 117-132  Ministerio de Justicia.

LAZO GARCÍA, Carlos (2006 y 2007)  Obras Escogidas. T I y II. Serie Historia. Fondo Editorial del Pedagógico San Marcos. Instituto de Ciencias y Humanidades.

MORAN R, Daniel  (2005) Borrachera Nacionalista y diálogo de sordos. Heraclio Bonilla y la  Historia de la polémica sobre la Independencia Peruana. Ponencia presentada en el X Simposio Internacional de  Estudiantes de Historia realizado en Arequipa por la Universidad de San Agustín del 28 al 30 de septiembre del 2005.



Fuente:



¨ Licenciado en Historia de la Universidad Nacional Federico Villarreal. Actualmente culmina sus estudios de maestría en Historia  en la UNMSM.

[1] El subrayado es nuestro.

[2] Los planteamiento de la posmodernidad  niegan  a la historia su carácter de ciencia, argumentando que la carencia de leyes como lo tienen otras ciencias es un claro indicador de sus argumentos, asimismo el historiador como agente cognoscente, al estar influido de sus prejuicios, clase social e intereses,  hace que sus estudios carezcan de objetividad siendo subjetivos y ello quitaría a la historia su carácter objetivo demostrando la subjetividad inserta en cada uno de los estudios del historiador.


[3] Carlos Lazo asumió el marxismo como concepción y a partir de ella analizó la realidad, pero ello implicó enriquecer su gnoseología del conocimiento con el aporte de otras corrientes y teorías, se consideró por ello “ un marxista clásico, porque para mí, los textos de cabecera son las obra de Marx, Engels, Lenin y Mao. Todas las clases que doy, ya sea de filosofía de la historia o sobre el Perú colonial, son clases críticas y la crítica proviene del manejo adecuado y científico de la teoría Marxista, aunque no menciono a Marx, y tampoco hay necesidad de hacerlo, pues el marxismo a estas alturas debe ser un conocimiento científico ya supuesto.” (Lazo 2004)


[4]El asumir explícitamente una opción teórica en una coyuntura compleja expresó  no sólo la honestidad del científico social sino  el intento de demostrar que su adopción de la teoría marxista, es razonada y analítica no por moda. Esta última modalidad  la desarrollaron en su momento quienes asumieron el marxismo como una moda y cuando llegaron los repliegues políticos en el mundo abandonaron sus marcos teóricos y abrazaron la moda posmoderna sin siquiera comprenderla, haciéndola suya y convirtiéndose en sus más acérrimos defensores.

BALOTARIO DE HISTORIA DEL PERÚ



01. El CAEM ( Centro de Altos Estudios Militares) fue fundado durante el gobierno de:
a)    José Bustamante
b)    Manuel Prado
c)    Pérez Godoy
d)   Manuel A. Odría
e)    Belaunde Terry

02. Los recursos económicos de la venta del guano fue destinado en mayor proporción a :
a)    Desarrollar la industria nacional
b)    Realizar prestamos a terratenientes
c)     Consolidar la burguesía nacional
d)    Manumisión de esclavos
e)    Expandir la burocracia civil y militar

03. Luego de la Guerra con España se va a establecer el monopolio comercial del guano con el gobierno de:
a)    1 er. Gobierno de  Castilla
b)    Rufino Echenique
c)    José  Mariano Ignacio Prado
d)   José Balta
e)     2do. Gobierno de Ramón Castilla

04. La implantación de la dictadura militar con Nicolás de Piérola, durante la Guerra con Chile, fue favorecido por:
a)    La pérdida del control marítimo
b)    La desaprobación de la guerra por la población peruana
c)     El caos político militar tras el retiro de Mariano I. Prado
d)    El retiro de la guerra del ejército boliviano
e)    El inicio de las negociaciones de Lackawana

05. La hegemónica clase dominante chilena justificó su agresión al Perú, mediante:
a)    La Guerra con Chile
b)    La política estatista del civilismo
c)    La expropiación de las salitreras de Antofagasta
d)    La política de impuestos al salitre boliviano
e)    El tratado secreto Peruano – Bolivia

06. Institución económica vinculada con el monopolio comercial en la metrópoli:
a)    Tribunal de Cuentas
b)    Real Audiencia
c)    Casa de Contratación de Sevilla
d)    Real y Supremo Concejo de Indias
e)    Tribunal del Consulado
07. Grupo de Comerciantes que financió a la expedición  libertaria de la Corriente Libertadora del Sur:
a)    Valparaíso
b)    Caracas
c)    Buenos Aires
d)    Quito
e)    Bogotá

08. Uno de los mecanismos de dominación e incanización aplicadas por el Estado incaico sobre los pueblos sometidos a su dominio era el establecimiento de ayllus de colonización, cuya función era asegurar el control político y militar de dichas regiones. Los encargado de tan importante tarea fueron los:

a)    mitimaes
b)    yanaconas
c)    mitahuarmis
d)    apunchis
e)    piñas

09. Para la obtención de recursos de todas las regiones que estaban bajo su dominio, los incas recurrían a:

a)    el control militar de los de los pueblos belicosos
b)    la supervisión de los tucuyricoj en las zonas bajas
c)    la redistribución
d)    la exploración de zonas fértiles en los valles
e)    ninguna de las anteriores

10. El estado imperial Wari cayó  fundamentalmente porque:
a)    Llegaron nuevas armas bélicas
b)    Se dio la llegada de Aymaras
c)    Cayeron los chancas
d)   Las regiones alcanzaron autonomía y se sublevaron
e)    Aparecieron pequeñas sociedades con la caída de Wari

11. Institución que enviaba visitadores para supervisar el cumplimiento de las leyes en las colonias:
a)    real audiencia
b)    casa de contratación de Sevilla
c)    tribunal del consulado
d)   consejo de indias
e)    intendencias

12. La masa indígena era obligada a consumir mercancías y productos muchas veces “inútiles” para ellos, a través de:
a)    mita
b)    corregidores
c)    repartos
d)    intendencias
e)    encomiendas

13. Al único funcionario que se le permita vender cierta cantidad de mercaderías fue:
a)    el oidor
b)    el intendente
c)    el alcalde
d)   el corregidor
e)    el encomendero

14. La población esclava radicada en la costa trabajaba principalmente en actividades:
a)    artesanales
b)    comerciales
c)    agropecuarias
d)    mineras
e)    pesqueras

15. El control de la mano de obra y la instalación indígenas, en la colonia, se realizó con el establecimiento de las(los):
a)    reducciones
b)    palenques
c)    cabildos
d)    naupallacta
e)    varayoca
16. Núcleo de resistencia andina de la nobleza cusqueña inca contra los españoles.
a) Cusco
b) Paucartambo
c) Xauxa
d) Kuelap
e) Vilcabamba
17. Último Inca de Vilcabamba que cayó prisionero por los españoles y fue condenado a muerte en el Cusco.
a)    Kisu Yupanqui
b)    Túpac Yupanqui
c)    Túpac Huallpa
d)    Calcuchimac
e)    Túpac Amaru I

18. El movimiento religioso anti occidental y anticristiano Taky Onkoy se originó en:
a)    Ayacucho
b)    Junín
c)    Puno
d)    Charcas
e)    Arequipa

19. Los movimientos indígenas Taky Onkoy, Yanahuara, etc., fueron un rechazo a (al):
a)    Dominio español y su cultura cristiana.
b)    Las órdenes religiosas.
c)    La cultura europea en general.
d)    Sus antiguos cultos andinos.
e)    La Iglesia Católica y al Papa.

20  Se afirma que el Imperio Wari llego a ser el Segundo Horizonte Cultural, en base al proceso de:
a)    Articulación del idioma general del Runa Simi
b)    Militarización de las ciudades fronterizas
c)    Construcción de Caminos Longitudinales
d)   Centralización administrativa de carácter militar y administrativo
e)    Fusión de elementos de tradiciones culturales costeras